Brasil quiere organizar un Mundial de Fútbol en pro de la
ecología. Se están construyendo doce nuevos estadios para el evento. A pocos
kilómetros de la capital, Ian McKee y Vicente Mello se concentran en construir,
en doscientos días, el primer estadio del mundo que obtenga el certificado LEED
Platinum, la calificación más alta en construcción sostenible.
El Estádio Nacional de Brasilia tendrá más de 50.000 metros
cuadrados de paneles solares, la instalación de energía solar más grande del
país. El sistema generará energía suficiente para ofrecer electricidad a mil
hogares. La construcción ha sido precedida por un intensivo análisis
bioclimático. Se maximizará la ventilación y la sombra natural. Además, el
tejado del estadio, cubierto con una membrana fotocatalizadora, neutralizará la
contaminación del aire.
El nuevo estadio reutilizará todos los materiales del viejo.
También se utilizará iluminación LED. Así mismo, el sistema estará
automatizado, por lo que podrá apagarse mientras no se utilice, lo que ahorrará
unos 4 millones de dólares cada año.
Alrededor del Estadio Nacional, más de 760 kilómetros
cuadrados de zonas verdes que incluirán humedales, fauna autóctona y un amplio
aparcamiento para bicicletas. Queda por resolver las emisiones de los
desplazamientos de los participantes y espectadores, ya que la mayoría de los
hoteles de Brasilia están en un radio de más de tres kilómetros.
El estadio va a cumplir con los criterios que dicta la FIFA,
al mismo tiempo que servirá para albergar otros eventos y obtendrá la
calificación en construcción sostenible mejor considerada y más difícil de
obtener del mundo, la LEED Platinum. La calificación LEED sólo puede obtenerse
una vez finalizada la construcción.
De los doce estadios que se están construyendo, once
pretenden conseguir la calificación LEED. El único que no aspira a ello es el
de Sao Paulo, elegido para empezar los juegos. McKee ha señalado que la mayor
parte de la gente que está trabajando en la iniciativa nunca antes había
desarrollado un proyecto LEED, por lo que el proyecto, al menos, sirve como
impulsor de un cambio muy necesario.